La vida no es una telenovela.

El amor de las telenovelas nos enseña a esperar, aguantar, ser fuertes y valientes; por que cuando un amor es verdadero, hace todo lo anterior y de esa manera triunfará.


Es de darnos cuenta que lo más probable es que en nuestra historia personal no haya un personaje antagónico que se desviva por hacernos fracasar. Quizás tengamos un papel doble y nosotros mismos seamos esa persona que todo lo da y esa persona que todo nos quiere quitar.

La valentía de quedarse, esperar que todo resulte, que todo mejore y tener ese 'felices para siempre' puede que sea solo un acto de cobardía que nos evite tomar decisiones que acabarán con ese amor tan puro y honesto que creemos tener.

El tener límites definidos, escogerse a uno mismo por encima de todo, no acostumbrarse a tener menos de lo que queremos y dejar de idealizar a las personas, situaciones y emociones; nos llevará a un camino difícil al inicio pero que unas vez aprendemos a caminar en ese camino sabremos que puede, también que nos toque que continuar sin una persona a nuestro lado e incluso así no estaremos solos por que volviendo al inicio de este párrafo, ya nos escogimos a nosotros mismos.

Quizás se nos olvida que estar bien es una decisión constante, cambiante y personal; estar bien no depende de nadie más que de uno mismo aunque lo más fácil es culpar a alguien más cuando algo no sale como 'debería' por que nosotros pusimos el 100% y aún así no funcionó, se nos olvida que también es una obligación que solo nosotros podemos tomar. Si alguien no te entiende, no te llena, no te valora y no te complementa; después de ser honestos y aceptar que ya dimos lo que pudimos, el estar solos y sin esa persona puede que nos de 'eso' que no encontramos estando en pareja.

Entonces nos queda de tarea quitarnos esa idea de ser la protagonista que todo lo aguanta, que todo lo puede, que todo lo logra; por que la vida simplemente no es una telenovela y el amor no tiene un final feliz.

Comentarios

Entradas populares